Se me aparece el Padre Pío pidiéndome mi confesión con un cura que se le reconoce su nombre con R. Lo busque y en la capilla de San Francisco de Asís, la orden del Padre Pío, de belvedere, encontré al Padre Ricardo Ramos con quien pude confesarme y por supuesto seguir yendo a esa iglesia humilde y maravillosa que representa l humildad de Jesús.