En muchas oportunidades he solicitado la gracia del venerado Padre Pío.
La primera gracia solicitada fue durante el embarazo de mi niña (1993) Tenía mucha hemorragia, placenta baja y anemia avanzada con cinco meses de gestación y el diagnóstico no era alentador.
En esos momentos tomé el rosario y la estampita con las oraciones del padre Pío y comencé a rezar la novena del Sagrado Corazón de Jesús.
Estuve en dos ocasiones internada y tomaba la estampita y la colocaba sobre mi pancita.
Gracias a mi querido Padre Pío hoy gozo la felicidad de tener a Daniela, de 17 años, totalmente sana y
fuerte.
Cuando tengo problemas económicos o con mi esposo pido que el Padre lo ilumine y me ilumine también a mí y me da la paz y la comprensión frente a ciertos problemas.
Alicia Molina Maldonado