En el año 1981 mi esposo enfermó y le diagnosticaron un tumor maligno en el bronquio derecho.
Le aplicaron durante dos meses radiaciones, pero sólo le daban seis meses de vida.
Desesperada, acudí al Padre Domingo, de la catedral de Maldonado, el cual me dio una estampita del Padre Pío.
Recé con mucha devoción y el amado Padre me escuchó, y hoy, año 2000, mi querido esposo trabaja normalmente.
Por eso ruego a Dios ver a nuestro Beato Pío como santo en los altares.
Ana Pietro Maldonado.