Quiero agradecerle profundamente al Padre Pío de Pietrelcina por los favores recibidos.
Enfermó una de mis hijas y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente sin saber cuál sería el resultado.
Dado a mis ruegos, todo salió perfectamente.
No dejo de rezar la oración todos los días para su glorificación.
María Aurelia de León San José