Sentía que diariamente iba perdiendo la vista.
Consultado el médico, vio que la única posibilidad de recuperar en cierto modo la vista era la intervención quirúrgica. Pero siempre surgía algún inconveniente que me impedía realizarla.
Además, soy diabética, motivo serio de mi enfermedad.
Entonces empecé a orar al Padre Pío, ya habiéndolo hecho reiteradas veces por otros motivos,
alcanzando por su intercesión las gracias pedidas, así, puesta mi fe en la misericordia de Dios, vuelvo al
Señor, por intercesión del Padre Pío, alcanzando la gracia tan grande y necesaria de poder ver con la
vista operada, esperando de la misma manera recuperar la otra, pero como ya puedo escribir, mi mayor
deseo es darlo a conocer.
Elbas F de Álvarez San Gregorio de Polanco.