En las afueras de la ciudad de Salto se encuentra una hermosa estatua de piedra del Padre Pío, protegida por una sencilla capilla, también de piedra.
Es un lugar muy frecuentado por los devotos del Padre Pío, que van a encomendarle sus preocupaciones, salud, trabajo, etc.En el mes de mayo (de 1995), si no me equivoco, también yo llevé a mi padre, a quien se le habían trastornado las neuronas, por lo cual se cae y golpea la cabeza en el piso, y se le ha formado en el cerebro un coágulo de sangre “no operable” por estar en una parte difícil del cerebro.
Por tal razón por 20 días no conoce a nadie, queda postrado durante 60 días en una cama, apenas moviendo una pierna con la ayuda de su hermana o de sus hijos.
Para llegar a dicha capilla del Padre Pío hay que caminar aproximadamente 200 metros. Por tal circunstancia se nos hacía difícil llevarlo. Lo llevamos en andas y arrastrando los pies en el suelo.
De todas maneras, llegamos a la capilla del Padre Pío y estuvimos allí por espacio de media hora pidiendo al Señor y al Padre Pío por la pronta recuperación de nuestro Padre.
Las piernas de papá estaban totalmente hinchadas, no pudiendo calzarse ningún calzado.
Al salir del lugar, grande fue nuestra sorpresa que, al caminar de regreso, mi padre caminaba prácticamente solo.
Al otro día fuimos a verlo y llevarlo a un fisioterapeuta por el problema de las piernas
y él habla, ya que no hablaba mucho y se babeaba de continuo.
Cuando entramos no podíamos creer lo que veíamos.
¡Mi padre caminaba solo, hablaba perfectamente, el calzado le cabía perfectamente en los pies y había recuperado la memoria!
Desde ese momento, cada día estaba mejor, A tal punto que, a los 8 o 10 días, lo sacamos del pensionado para enfermos donde se encontraba y lo llevamos a casa.
Quisiera que sepan que esto fue un milagro del Señor que, por intercesión del Padre Pío, se hizo posible. Y Dios quiera que muy pronto el Padre Pío pueda ser beatificado.
Juan A. Rodríguez Paysandú