Una vez más tengo la necesidad de contarles la grande gracia que nuestro querido y venerado Padre
Pío concedió a mi padre.
Él tiene 77 años de edad y fue operado en Montevideo de un aneurisma de aorta; era una operación de altísimo riesgo, ya que la dilatación era de 27 cms. de diámetro, además con el agravante de que sólo le funcionaba un riñón.
Me encomendé como nunca al venerado y querido Padre Pío, me aferré a Él con muchísima fuerza de
la fe y le pedí que salvara su vida.
Estuvimos 15 días en el Sanatorio, 7 en cuidados intensivos donde hizo una isquemia de colon de la cual gracias a Dios salió… Padre Pío me escuchó y salvó la vida de mi padre.
Rezo constantemente para que el Señor nos haga ver su pronta canonización y agradezco día a día todo lo que él me ha concedido.
Gabriela Guinovart de Feller Sotura, 1279 Dolores
Soriano 26.4/93