En agosto de 1989 en la ciudad de Montevideo, sufrí un grave accidente en la vía pública, siendo
embestida por un autobús del transporte urbano mientras transitaba por la acera. Éste, subiendo la
vereda, me empujó y aplastó contra la pared.
En ese instante no atiné sino a invocar al P. Pío, de quien llevaba una medalla traída especialmente de San Giovanni Rotondo.
Me llevaron de inmediato al Hospital “Maciel”, pero los médicos no detectaron ningún tipo de lesión
grave, no obstante la gravedad del accidente.
Dada la entidad del accidente que podría haberme costado la vida o haberme dejando inválida o
deforme, estoy convencida de que el Padre Pío me protegió salvándome la vida.
Doy pues gracias a Dios nuestro Señor y al querido Padre Pío por haberme acompañado y protegido en
tan difícil situación.
Muy atentamente,
Berta Shermann de Shaw Montevideo