Deseo comunicarles muy brevemente una gracia muy especial que el Padre Pío de Pietrelcina me ha
alcanzado de la bondad de Dios.
Mi hijo Adán Barrera Pereira estaba separado de su esposa desde hacía ya siete años.
Yo, como madre, sufría muchísimo por esta situación. Pero, sin perder la fe, comencé a rogarle al Padre Pío pidiéndole la gracia de que pudieran reconciliarse y volver a estar juntos.
Y así al cabo de unos meses, mi hijo volvió al seno de su hogar y soy son muy felices nuevamente.
Mil gracias, Padre Pío, por tu solícita intercesión, y porque estás siempre junto a los que sufren.
Que podamos verte pronto en los altares.
En fe,
Hilda P. de Barrera Paso de los Toros, (Tacuarembó) 27.12.90