Soy una abuela viuda que después de haber perdido a mi marido, tuve que soportar un sufrimiento aún
mayor: la pérdida en un accidente de tránsito de mi única nieta hace ya un año y medio.
No puedo expresar con palabras el dolor de esos padres y de toda la familia, incluyendo a su hermanito, de siete
años, que fue quien presenció todo.
Después de unos meses y en medio de su dolor, mi hija quedó nuevamente embarazada. Ella, por problemas de su organismo, ha tenido siempre que hacer quietud total para no perder sus embarazos.
Ante esa probabilidad yo me puse a rezarle con grande al Padre Pío para que intercediera por mi hija,
para que su embarazo fuera normal y la ayudara a superar el estado de depresión en que se encontraba.
Milagro fue que no tuviera que hacer quietud, y aunque la niña nació algo prematura, todo anduvo bien
y madre e hija están hoy perfectamente.
Doy gracias al Señor Jesucristo y al venerado Padre Pío, de quien soy muy devota, por esta gracia tan
importante y maravillosa.
Hago votos por su pronta glorificación al tiempo que encomiendo a todos su eficaz intercesión.
Muy atentamente,
Mirta M. de Rusiñol Trinidad ( Flores) 7.11.89