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Quisiera por este medio dar a conocer el milagro que el venerado siervo de Dios el Padre Pío de
Pietrelcina me alcanzó del Altísimo.
Yo ya había perdido dos embarazos y tenía pocas posibilidades de ser madre.
Sin embargo, logré quedar nuevamente embarazada. El problema mayor era retener el embarazo ya
que aparecía con complicaciones.
Tuve que hacer quietud total sin poderme mover en absoluto. Durante todo ese tiempo le rezaba con
gran fe al Padre Pío pidiendo me alcanzara de Dios la gracia de poder salvar a mi bebito, y aplicando una
reliquia suya sobre el vientre.
El 23 de Octubre, (“día del Padre Pío”) a las 17.30 (hora en que aquí se reúne el grupo de oración para
la Misa) María Pía llegó al mundo.
Yo lo pasé muy mal, por lo que considero que fue un doble milagro porque superé la prueba y me salvé
mientras que mi hija nació sana, fuerte y hermosa, sin ningún problema.
Sin duda alguna el Padre Pío escuchó mis oraciones.
Mil gracias pues por este don de Dios y por la preciosa y eficaz intercesión del Padre Pío. Exhorto a todos a confiar mucho en su intercesión y a rezar
por su pronta glorificación.
Zully Binagui Maldonado, noviembre de 1989
