Testimonio de Elena Novoa de Pazos Montevideo, Montevideo

Por medio de ésta quiero dar testimonio de una gracia muy grande alcanzada de Dios nuestro Señor
por la intercesión del venerado Siervo de Dios el Padre Pío de Pietrelcina.

El 19 de abril próximo pasado mi hija Elena Pazos Novoa de D’Oliveira de 32 años de edad, casada y
madre de dos niñas fue internada de urgencia en el Hospital Militar de Montevideo por un Neumotórax
espontáneo, al borde de un infarto al pulmón.

La operaron de inmediato colocándole un tubo a través de las costillas hasta llegar al pulmón afectado.
Pasó varios días sufriendo lo indecible y sin mejoría alguna.

Ella es poco creyente e incluso solía rechazar las imágenes sagradas. A pesar de ello, yo le coloqué
una estampita con reliquia del P. Pío debajo de su almohada y con gran fe comencé a rezarle al venerado
Padre para que mi hija mejorara sin necesidad de una nueva operación, como los especialistas habían
pronosticado.

Mi hija, en medio de sus sufrimientos, tomó entre sus manos la estampita del P. Pío y se la estrechaba
contra el pecho.

Al cabo de unos días empezó a mejorar inexplicablemente, tanto que los médicos asombrados
descartaron la necesidad de una nueva intervención y la dieron de alta.

Hoy se ha recuperado totalmente y retornado su trabajo.

Yo atribuyo esta gracia tan importante a la intercesión del Padre Pío de Pietrelcina y quiero manifestar
públicamente mi gratitud por tan insigne favor, haciendo votos por su pronta glorificación.

Muy atentamente
Elena Novoa de Pazos Montevideo