Deseo manifestar una gracia muy especial que he obtenido por la intercesión del Siervo de Dios el
Padre Pío de Pietrelcina.
Tengo 49 años de edad y desde hace algún tiempo padecía de una terrible enfermedad a la sangre.
Estuve tres meses internada en un centro asistencial bajo estricto control médico, en manos de un
especialista hematólogo.
Ante la desesperación del caso, mis familiares y muchos amigos no cesaban de rogar a Dios por mi
salud con la S. Misa, el rosario y demás oraciones con gran fe.
En ese interín llegaron a nuestras manos oraciones y reliquias del venerado Padre Pío de Pietrelcina, a quien todos nos dirigimos con gran fervor, tomándolo como nuestro intercesor ante Dios nuestro Señor.
Al cabo de un breve período fui saliendo de la gravedad y hoy me encuentro totalmente curada
“¡gracias al Altísimo!” como dijera uno de los médicos que me asistieron.
Lo mismo afirmó el especialista hematólogo que actualmente se encuentra en Tiberías (Israel) haciendo
un curso de especialización y que me ha escrito recientemente, diciéndome, entre otras cosas: “Me
alegro sobremanera de su milagrosa recuperación”
Adjunto el original de dicha misiva como testimonio de que los mismos médicos no han encontrado otra
explicación a mi curación que por medio de una gracia de Dios.
Estamos convencidos de que dicha gracia nos ha sido concedida por interseción del venerado Siervo
de Dios el Padre Pío de Pietrelcina por lo cual deseamos hacer público nuestro más profundo
agradecimiento y nos comprometemos a rezar siempre por su pronta glorificación.
En fe
Doris Silveira de Sosa Cañete Rocha, 17.12.1985