Gran parte del dinero destinado a pagar los gastos de vida y estudios de mi hijo nos fue
estafado.
Me desesperé, no podía dormir.
Nadie se hacía cargo. Rogué a Dios y al Padre Pío, les pedí me ayudaran.
Milagrosamente, al cabo de dos meses de angustia, el Bono se hizo cargo de la devolución de gran parte del dinero. Hoy puedo estar tranquila nuevamente sin temor al futuro.
Mónica B. Montevideo