Mi hija María Natalia Villasmil Camirotte de 13 años padecía de terribles crisis de asma.
El médico le recetó cuatro remedios que tomaba diariamente y debía usar inhaladores. A pesar de todo esto, las crisis
continuaban y desesperada, debía internarla de urgencia hasta que en el hospital lograban calmarla.
Por intermedio de mi suegra, ferviente devota del P. Pío, conocí su vida de sacrificio y de amor hacia
Dios y a los hermanos.
Animada por su ejemplo, inicié a rezarle con gran fervor, pidiéndole que curara a mi hijita.
Desde fines de 1986 y hasta hoy mi hija no ha padecido más crisis asmáticas, a tal punto que le hemos
suspendido todos los remedios que tomaba.
En agradecimiento por esta gracia, he hablado del P. Pío a todas las personas que conozco,
distribuyendo estampitas y reliquias y les puedo asegurar que las gracias se están multiplicando por
doquier, sobre todo un renovado espíritu de fe y de oración, con un retorno a la vida sacramental.
Por todo esto doy gracias infinitas a Dios nuestro Señor y a su Stma. Madre, y hago votos fervientes por
la pronta beatificación y canonización del Siervo de Dios el Padre Pío.
Con profunda gratitud, les saluda atentamente.
María del Carmen Camirotte de Villaamil Trinidad, (Flores), 15 de junio de 1989