El Padre me salvó
Soy una joven de 19 años y vivo en el Uruguay en un pueblo del departamento de Rivera llamado
Vichadero.
Empecé a sentirme enferma: tenía dolores en todos los huesos, de tal forma que pasaba de la cama a
una silla, sin poder caminar, y con una delgadez tremenda. El Médico local me envió al Hospital de
Clínicas de Montevideo.
En mi casa un grupo de legionarias comenzaron a rezar todas las semanas el santo rosario y las oraciones del Padre Pío, rogándole por mí.
Cuando vinieron al pueblo el Profesor Citera y su Señora Sinar, trayendo el guante del Padre Pío, mi madre les llevó mi fotografía, ya que yo estaba internada en el Hospital, a quinientos kilómetros de distancia.
Empecé a mejorar y mi estado dejó de ser grave. Regresé a mi casa a los pocos meses. Había
recuperado la salud y podía hacer una vida normal. Ahora sólo rengueo un poco.
Todos los días le rogamos al Padre Pío que me termine de curar ya que él me salvó.
Isidra Rodríguez- 10 de Noviembre de 1983.