El 14 de febrero de 1990 fui sometida a una intervención quirúrgica a causa de un neo carcinoma en el útero. Me lo extirparon totalmente al cabo de un riguroso tratamiento previo.
Fue entonces que mi familia y yo misma, comenzamos a rezarle con mucha fe y devoción al venerado siervo de Dios el Padre Pío de Pietrelcina para que él intercediera ante Dios nuestro Señor y me alcanzara la gracia de la curación. Y fue precisamente ahí que mientras le rezaba y me encomendaba a él, sentí un murmullo que me decía: “Todo te va a ir bien”
Comencé a sentirme desde ese momento cada vez mejor. Tal es así que el médico, después de haber leído el resultado de los análisis me dijo complacido. “Está Ud. totalmente curada de ésto, nunca más se acuerde” Y de hecho, gracias a la bondad de Dios nuestro Señor y a la interseción del venerado Padre Pío hoy gozo de perfecta salud.
En estos momentos en que escribo esta carta, tengo ya prontas las maletas para viajar a san Giovanni Rotondo, para cumplir la promesa que con mi esposo le hicimos al Padre Pío de ir a agradecer junto a su Tumba.
Por todo ello damos fervientes gracias a Dios y al querido Padre Pío y seguimos rezando fervientemente por su pronta beatificación.
En fe,
Dilla Elvira Fiorelli Silva de Marzán
Mercedes, Soriano, 29-04-92