Me encontraba angustiada por diversos problemas: pérdida de mis padres, soledad, dificultades de
carácter jurídico por sucesión, incomprensión por parte de vecinos.
Mucha angustia pero al mismo tiempo mucha fe y oración con la certeza de que Dios no abandona jamás a sus hijos que en él confían…
Por medio de un sacerdote amigo conseguí una biografía del Padre Pío que despertó en mi gran
confianza y simpatía y me renovó y afianzó en mí la fe en Dios.
Me encomendé a él con todas mis fuerzas, orando con gran fe y abandono. Y hoy puedo asegurarles que, después de mil peripecias y viscisitudes, he recobrado la paz, la confianza y la esperanza.
Esta dolorosa experiencia me ha hecho crecer en la fe y, gracias a la intercesión del venerado Padre Pío mi vida ha recobrado mayor significado cristiano.
Gracias Dios mío, gracias Virgen Stma de las Gracias, gracias Padre Pío.
Proclamaré sin cesar las grandezas del Señor y testimoniaré ante los hermanos la bondad infinita de nuestro Dios.
En fe,
Olga Gaciri Larregui Melo (Cerro Largo) 19/2/91